Mariano Cuevas Calatayud
Partimos de cuatro fotos tomadas en distintos momentos desde el final del siglo XIX hasta principios del XX. La primera es de 1880 en la que vemos una fachada inacabada que se había mantenido así desde la construcción de la catedral en el siglo XV. Ante la inminencia de la Exposición Universal de 1888 y el previsible interés que se despertaría por la ciudad, un grupo de notables –empresarios, financieros, políticos– toman la decisión de añadirle una fachada neogótica, más atractiva para los futuros visitantes.
La obra fue financiada íntegramente por el empresario, banquero y político conservador Manuel Girona que había sido alcalde de la ciudad y acababa de ser nombrado por Alfonso XII comisario regio de la exposición. Tras su muerte en 1905, sus hijos se hicieron cargo de los gastos de la obra hasta su terminación en 1913, lo que se les reconoció con un panteón familiar en el claustro de la catedral.
El proyecto de la nueva fachada es de Josep Oriol Mestres –autor también del teatro de El Liceo– que inicia la obra en 1855 y cinco años después se encuentra en el estado que se ve en esta segunda foto de 1890. Se aprecia todavía el antiguo cimborrio, de escasa altura, aún sin demoler y las dos únicas torres que siempre tuvo en los dos extremos del transepto.
En esta tercera foto de 1900 se ven ya terminadas las dos nuevas torres. Solo falta el cimborrio que sustituirá al anterior, ya demolido, con proyecto de de Augusto Font. Éste lo levantará, tras la muerte de Girona, entre 1906 y 1913 dando fin a la fachada tras 28 años de obra.
Así quedó registrada la fachada recién terminada en una postal de la época. No llegó a tiempo para la Exposición Universal de 1888, pero sí tuvo su momento de éxito en la de 1929 y hoy es estrella turística –aunque superada ampliamente en visitas por la Sagrada Familia– como centro del barrio Gótico que, hasta entonces, se llamaba simplemente barrio de la Catedral. Ese y no otro era el objetivo de sus promotores
Entonces, ¿toda esta gente sabe que la catedral es falsa?
Para la UNESCO, todo objeto es auténtico desde su creación y con toda su historia. Según esto, las cuatro fachadas anteriores serían auténticas, simplemente porque en algún momento fueron así “realmente” cada una de ellas –la última lo sigue siendo–.
Las que no son auténticas son las guías turísticas que hablan de la catedral gótica de Barcelona del s. XIV. Si añadieran simplemente: “con una fachada neogótica del siglo XX”, nadie tendría nada que objetar.
La foto es del rosetón sur de Nôtre Dame de París, proyectado y construido por Viollet-le-Duc a mediados del siglo XIX. El neogótico, construido en su momento histórico por buenos arquitectos y bien documentado puede ser un estilo tan auténtico como cualquier otro.
Lo que no es auténtico –ni admisible– es mentir.
Fuentes. Fotos de 1880, 1890, 1900. rosetón y Manuel Girona: Wikimedia Commons. Postal: todocolección.net.
Y si te interesa el tema: https://revistaseug.ugr.es/index.php/erph/article/view/18323.